Poema, poema largo…
empezar de nuevo, aproximando la intimidad
y la mediación que quiero,...
peligros confrontan las mujeres de color,
trascender, ascender, atravesar
y esperar a repetir de nuevo la acción,
en presencia invisible,
hablando en lenguas repudiadas y locas.
Lenguaje en reflejo de cultura y espíritu,
sin habilidades y confianza para escribir,
por despecho me especializó para desmentir a arrogantes,
y aun siento el robo de mi nativa lengua.
Ganar la palabra con riesgo a perderlo todo,
pero con voz en la distancia.
¿Quién soy yo?,
Una atrevida que dibuja las palabras
con sus manos ensanchadas y callosas,
por la colecta de tomates bajo el sol caliente,
sin embargo sostengo la pluma.
Pensar. Podemos, pensar, sentir y creer que podemos.
Ofrezco mis esperanzas y mi cultura,
en quebranto de mi imágen estereotípica,
vomitaré la culpa que me inculcas,
atreviendome a salir con mi cara de color,
revelo mi carne y sangre,
que lleva energía y valor,
escapo del laberinto de sobrevivencia
en el sistema del dinero,
Obligome a escribir porque me salva,
mientras temo a mi complacencia.
No hay alternativa, escribir me da vida,
me da espíritu, me da rebeldía,
me da a mí misma.
Deconstruyo el mundo al escribir,
escribo lo que otros borran,
descubro, preservo y construyo mi autonomía.
Disperso mitos en profecías locas y almas sufriente.
Escribo, luego existo en lo inmencionable,
en el grito censor del público.
La tinta delinea el alma alquimia,
reconociéndome diferente, exiliada
siendo extranjera entres las mismas.
Ser una misma, ser la otra, ser cada una.
Regreso en espirales al lugar de la niñez
en distancia para sobrevivir en la locura del destino.
Oscuro, húmedo y llovido día,
penetrote más adentro,
escribo desde el profundo centro.
Busco palabra, voz, habla y escritura de otredad.
No estamos solas al hablar en lenguas.
Pluma domesticada que enamora de salvajismo,
Me engañas pero te quiero,
atraviesas mis defensas y dices mas de lo que pensaba;
sorprendeme, estrujame, reconoceme al ocultarme en tí.
No hay trivialidad, No hay universalidad,
Inutil el sacrificio a lo eterno,
solo hay el espacio tiempo.
Sólo el “Momento histórico específico”.
Escribe, escribe, escribe,
donde sea escribe, incluso en la adversidad ser,
solo escucha las palabras encarnadas en cuerpo
a través del canto de alma,
Está mi vida regada en letras,
y observo huecos,
No tengo tierra, ni mezquites, ni nopales…
Solo tengo una común - unidad en escritoras.
Escribir es confrontar nuestros demonios,
verlos a la cara, vivir las letras,
en la tinta con el iman de nuestras plumas,
Nahual que cargo a mi espalda, gritome:
“soy tu demonio de tres ojos chillando la verdad”.
Revelando: temor, coraje, fuerza, opresión;
acto de sobrevivencia, acto de poder.
Poder en la habilidad de conmover y transformar.
Soledad en dispersión al encontrar solidaridad en la otredad.
Salto a un lugar sin tiempo, sin espacio,
donde soy parte del mismo universo, en sus entrañas,
metamorfosis alquímica,
por descubrirme, por destaparme,
por ser poema, desnudez qué logro,
hasta percibir nuevas maneras de observar,
de estrujar las almas,
en piel sensible para el beso,
y gruesa para las burlas.
Escribo de lo que me une a la vida,
de la psique tranquila,
Aunque pasamos hambre, poseemos experiencias.
Escribo para ver la profecía,
hablo para decir algo,
escucho lo importante.
Evocar para tocar…
los ojos del pintor,
los oídos del músico,
los pies del danzante,
con pluma en antorcha,
con lengua de fuego.
No me destierro a mi misma.
exhumome la voz que tengo en ti.
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Fuente:
Hablar en Lenguas
Una carta a escritoras tercermundistas
Gloria Anzaldúa
pp 219-231.
Libro Esta puente, mi espalda,
Editado por Cherríe Moraga y Ana Castillo
San Francisco, Ca. 1988
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